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TERROR EN EL TRABAJO- EL AHORCADO

Las historias que te contaré tienen que ver desde apariciones de empleados que fallecieron el lugar donde laboraban, así como sus antiguos dueños, espero y estas historias sean de tu agrado.

“El ahorcado”

Muy buenas noches a todos, me llamo Jorge, por motivos que a continuación les contaré no revelaré el nombre ni el lugar de la empresa en la que sucedieron estos hechos, pues aun trabajo en este lugar.

Desde hace ya más de 7 años trabajo en esta fábrica textilera, aquí se laboran dos turnos y en ambos los empleados de los talleres como los de las áreas de administrativas hemos tenido experiencias con apariciones, y en esta ocasión les contaré mi experiencia.

Al poco tiempo de trabajar aquí un compañero me hizo una pregunta que no esperaba que me hicieran: “¿crees en los fantasmas?”, cuando me hizo esa pregunta yo no supe que contestar, mi compañero me dijo que aunque no creyera en eso pronto lo haría.

Esta textilera ya tiene más de 75 años, hasta el día de hoy solo ha habido cuatro directores generales y esto es en la misma familia, desde el tatarabuelo que la fundó hasta el tataranieto que está hoy al frente del negocio. A mí no me toco conocer en vida al antecesor de este y es aquí donde comienza mi experiencia.

En el segundo piso del edificio, se encuentra un pasillo que divide el área donde laboramos, esta se modernizó con toda la tecnología que requiere la empresa, pero el otro lado se encuentran las oficinas que fueron el inicio de esta textilera, en ese lugar pareciera que el tiempo prácticamente se detuvo pues todo en ese lugar es de los años 1940, el mobiliario, lámparas, alfombras todo en él, te da la sensación de que en cualquier momento verás a las secretarias con aquellas ropas de antaño, a lo hombres de negocio y esas cosas.

Atraído por lo antiguo del lugar, en una ocasión tuve la mala idea de entrar en él, cosa que me arrepentí hasta el día de hoy.

Fui un fin de semana que me presenté a trabajar para terminar con unos inventarios que me habían solicitado y que a primera hora del día lunes tenía que entregar, solo me encontraba yo en todo ese piso o al menos era lo que yo creía.

Ya tenía alrededor de dos horas trabajando cuando me fui a servir un poco de café, fue cuando miré que el área antigua se miraba que alguna de las oficinas del fondo tenían las luces encendidas, pensé que era alguno de los guardias que estuviera haciendo su recorrido, no iba a perder mi oportunidad de apreciar ese lugar, pues como te dije en un inicio estaba restringido para todo el personal.

Cuando lo estaba recorriendo este tenía un cierto olor a humedad, a viejo, en los muebles se apreciaban la capa de polvo como si tuviera ya algún tiempo sin limpiar, estaba tan entusiasmado que no me había percatado que en una de las oficinas estaba la puerta entreabierta y de ella se asomaba un señor, no se le miraba bien su rostro al momento que me iba a disculpar pero el hombre ingresó a su oficina cerrando la puerta, sentí como la temperatura hubiese bajado pues todo el lugar se comenzó a sentir el ambiente muy frío, ya estaba por regresar a mi lugar de trabajo cuando miré pasar una sombra oscura y esta entró a una de las oficinas, presuroso me acerqué y en ella decía: “GERENTE GENERAL”.

Dentro de la oficina se escuchaban pasos presurosos, llamé a la puerta y al no obtener respuesta ingresé; ojalá y no lo hubiera hecho, sobre el escritorio se balanceaba el cuerpo sin vida de un hombre.

El cuerpo se miraba en avanzado estado de descomposición, aquel cuerpo que se balanceaba como péndulo aparentaba que tenía ya mucho tiempo ahí, sentí como las fuerzas me comenzaban abandonar en mis piernas, y fue en ese momento que sentí la urgencia de salir de esa oficina, comencé a retroceder no sin antes sentir la mirada de aquellos ojos azules. Tuve que salir huyendo de aquel lugar, golpeándome con lo que se encontraba en mi camino pues todas las luces que hacía unos momentos estaban encendidas, ahora se encontraban apagadas.

Me importó un carajo terminar lo que tenía que tener listo para el día lunes, tomé mis cosas y salí huyendo de aquel piso, casi rodaba por las escaleras de lo aterrado que estaba y fue cuando uno de los guardias me detuvo en el descanso.

Me preguntó que me sucedía, yo solo le contesté que si le dijera no me lo creería, él sonrió y me dijo que no solo yo era el único al que han espantado allá arriba, que malamente me había presentado a trabajar yo solo en ese lugar. Pero recordó que tenía muy poco de haber entrado a trabajar ahí.

Los dos bajamos al primer piso y me dio un poco de agua para que me tranquilizara y fue él quien me aconsejó no volver a entrar a las oficinas que están en desuso pues ese lugar estaba maldito. Me contó que el padre del que es ahora dueño de la fábrica se suicidó en su oficina hacía ya más de 35 años, unos dicen que por malos manejos que hizo uno de sus hijos y su cuñado, otros que el señor se enfermó de una enfermedad contagiosa, en esa oficina entraban muchas mujeres que fueron sus amantes y otras que eran prostitutas y las traía a la oficina para tener relaciones. Al enterarse de que estaba infectado de VIH se ahorcó en su oficina dejando una carta diciendo el motivo por el cual se quitaba la vida.

Eso es un secreto a voces en el lugar, así como le llaman al antiguo dueño como: “El ahorcado”, pues al que vi asomándose por la otra puerta ese es otra aparición.

Sin importar si es de día o de noche, la sombra oscura se mira caminar por aquel pasillo que hasta el día de hoy esta clausurado para todo el personal, yo a partir de la vez que se me manifestó en la oficina donde se quitó la vida, jamás he vuelto a entrar por ese pasillo, el miedo de verlo ahorcado o verlo sentado en su silla detrás del que fuera su escritorio me causa horror, bastante tengo con pasar al lado de ese pasillo y sentir el frío de que ahí está vigilando quienes entran y quienes salen de él.

Les agradezco por contar mi experiencia, muchas gracias.





“La quemada”

Muy buenas noches a todos, mi nombre es Armida Fuentes, desde hace dos años trabajo para una empresa la cual se dedica a preparar los alimentos para comedores en fábricas o banquetes para sindicatos, en este lugar trabajamos alrededor de 25 personas. Actualmente toda la instalación del lugar es nuevo ya que hace 4 años durante una tarde de Diciembre hubo un accidente en el cual fallecieron tres de las mujeres que se encontraban trabajando ese día en la preparación comida.

Algunos de los que ya trabajaban cuando sucedió aquel incendio comentan que antes del siniestro una de las trabajadoras de nombre Telma aseguró que se miraba una sombra oscura alta de más de dos metros, justo donde comenzó el incendio.

Después de casi un año, el negocio nuevamente comenzó sus funciones y se contrató personal nuevo, yo fui de nuevo ingreso y fue cuando a más de un mes de estar trabajando comenzaron a suceder sucesos paranormales.

Reitero que no solamente a mi me han sucedido sino también a varios de mis compañeros, en ocasiones las apariciones son tolerantes, quizás porque al paso del tiempo ya nos hemos hecho a la idea de ver a este fantasma, espíritu o como ustedes le quieran llamar.

La primera vez que tuve el encuentro con este fantasma en verdad fue tanta mi sorpresa y el susto que me llevé que me hice diabética.

En la madrugada iban a llevarla a una de las fábricas, comencé a percibir un olor a humo, pero no solo eso, yo me encontraba sola en esa área ya que mis otras compañeras estaban cargando uno de los vehículos con la comida que se había hecho durante el día.

El olor a humo hizo que me comenzara a dar náusea y dolor de cabeza, así estuve alrededor de casi 10 minutos, era como si el olor entrara y saliera de la cocina pero hubo un m omento que el olor fue tan persistente que recordé lo que años atrás había sucedido.

Repentinamente comencé a sentir una extraña sensación de pesadez y frío, algo que no debería sentir pues el lugar siempre se siente con calor por los hornos y las ollas de comida en las estufas encendidas. Me costaba respirar sentía como me ahogaba, de pronto comencé a oler como si el lugar se estuviera incendiando, miré hacia todos lados pero todo se encontraba bien, como pude salí de allí y cuando llegue al pasillo todo fue diferente, comencé a respirar con normalidad y el frío que hacía unos momentos sentía ya no lo tenía.

Todo a mí alrededor estaba normal, miré el pasillo y este se encontraba solo, aun así comencé a revisar el lugar de que no hubiera fuego por los alrededores, en el patio o que algún vago estuviera quemando basura cerca del lugar, pero todo se encontraba solo.

Mis compañeras me dijeron que ellas no sentían nada como tampoco el olor, tuve que quedarme sola por un buen rato mientras el personal llevaba los alimentos a la fábrica, fue cuando nuevamente ese olor se hizo presente miré hacia la puerta y las lámparas de la cocina comenzaron a parpadear, sin pensarlo iba a salir de la cocina cunado la miré: su rostro completamente desfigurado, le supuraba sangre por las heridas de las quemaduras, su cuerpo se miraba hinchado como si fuera a estallar, la falta de cabello en su cráneo era evidente y sus ojos, es algo de lo que nunca olvidaré, pues pareciera ser solo una línea en ellos por la falta de parpados todo en ella desfigurado, el miedo me invadía tanto que no me pude ni mover, comencé a sentirme mareada por la peste que despedía, a carne quemada y podrida, el solo recordarlo siento nauseas.

Sentí la falta de aire, no pude ni siquiera gritar esa aparición solo estuvo frente a mí por unos segundos, los suficientes para jamás olvidarla. Me encontraron tirada en la entrada de la cocina pues me desmayé y perdí el conocimiento. Cuando pude hablar después de que me tranquilicé, yo pensé que nadie me creería cuando les conté sobre lo ocurrido, pero me di cuenta que varios ya la habían visto; es doña Edith dijeron, pues con la descripción que les di ella vestía esa ropa el día del incendio donde pereció al igual que dos compañeras más.

Cuando se enteró la patrona pidió hablar conmigo y yo le conté lo mismo, la señora Duarte me contó que ella se siente responsable por lo sucedido con Edith porque ese era su día de descanso y la hizo venir para que le ayudara ya que en la época decembrina es cuando más trabajo hay en las cocinas. Por desgracia Edith se encontraba a dos metros donde fue la explosión, porque ahí la encontraron, las otras dos compañeras que también fallecieron abrieron la puerta cuando explotó todo aquello.

Tuve pesadillas por muy largo tiempo, cada vez que cerraba mis ojos esa aparición se manifestaba y todo se convertía en pesadillas.

Ha pesar de que solo se aparece por unos segundos, esos son suficientes para sentir horror al ver su rostro todo quemado, desfigurado.

A partir de esa noche siempre trabajo en una de las cocinas grandes y en ella se encuentra una puerta por si llegara a suceder algo salir pronto de allí

Hoy se sigue manifestando “la quemada” a pesar de que ya han venido varios sacerdotes para que rocié agua bendita en el lugar, pero aun así no se marcha, no trasciende, no descansa, aun no me hago a su presencia pues en ocasiones la siento pero no puedo verla. Aunque hayan fallecido tres mujeres en el lugar solo ella se aparece.

Mi madre me comenta que quizás esa señora dejó algún pendiente y es por eso que no se va a descansar, pero ya en varias ocasiones yo o algunos de los compañeros que han tenido la mala suerte de verla le han preguntado pero ella no les contesta.

Quizás doña Nora tiene razón y esa alma en pena con el tiempo irá desvaneciéndose hasta ya no aparecerse nunca más.











“La Doña”

La doña, la doñita de la limpieza era así como la mayoría de los trabajadores la conocíamos, pocos eran los que se dirigían a ella como doña Carmen. He trabajado para una empresa donde se produce botanas y son exportadas a diferentes estados de México, esto sucedió en el año 2017.

Mi nombre es Bélgica Escobar, cuando yo viví esto; en ese tiempo estaba de practicante en el área de calidad, afortunadamente me quedé trabajando para esta empresa, aquí son tres turnos y en el turno matutino la doña era la que hacía el aseo era muy reservada, no tenía hijos ni familiares o al menos eso es de lo que decían.

La doñita ya se miraba cansada, aparte que inesperadamente se le comenzó a ver muy delgada, para entrar al área de producción se encuentran dos túneles; por uno va al área de descarga y el otro a producción, en él en el túnel se quedaba por buen rato, quizás esperaba a sentirse bien, nadie sabía que estaba enferma y sin embargo ella seguía haciendo su trabajo.

La última vez que se presentó a trabajar ha sido un día muy recordado, resulta que la doña se encontraba aseando los sanitarios de hombres, ella como siempre colocaba botes, trapeadores, todos los utensilios que ocupaba para hacer la limpieza y sobre todo: el cono amarillo avisando precaución de piso mojado, pero eso no le importó a uno de los trabajadores pues se metió importándole poco o mucho que la doña estuviera dentro.

Era apodado “El Cholo” hizo a un lado la trinchera que colocaba la doña, pues ya le urgía, no pasaron ni 5 minutos cuando lo vimos salir del baño tratándose de cubrir los golpes que la doña le daba con la escoba, aquello fue gracioso te digo esto porque al tiempo ya no lo fue.

La doña inesperadamente falleció, como te comenté en un inicio ella no tenía familia alguna así que los gatos del funeral los hizo la empresa. Era el mes de octubre cuando se comenzó aparecer la doñita.

Los guardias de seguridad fueron los primeros en verla, uno de los guardias se dirigió para entrar al área de producción por ese túnel, el otro lo miraba desde la caseta de vigilancia y notó que frente a su compañero se encontraba la doñita, fue cuando le dijo que tenía a una persona frente a él pero este no la miraba por ningún lado aunque le insistió que no se encontraba solo en el túnel, el miedo lo invadió y salió de allí, lo que se encontraba ahí miró hacia la cámara y fue cuando el guardia la reconoció.

Cuando eso sucedía los guardias preferían no hacer el rondín por ese túnel, también la miraban por el área del vertedero, los empleados no querían estar allí en las madrugadas, fue cuando en una ocasión Erick miró cuando una mujer se acercaba empujando el carrito de limpieza, se acercó para ayudarla pero se dio cuenta que era doña Carmen al verla se santiguó y le dijo: “ya váyase a descansar doña, no es de Dios que ande por estos rumbos”.

Ni siquiera “El Cholo” se escapó de tener un encuentro con la doña, los turnos en producción se rolan cada dos meses y cuando le tocó cambiar a “El Cholo” a turno, en el mismo sanitario que tuvo aquel percance, cuando se lavaba las manos las luces comenzaron a parpadear hasta que quedó en completa oscuridad, pensó que alguien le estaba jugando una broma, cuando las luces se encendieron nuevamente y en el espejo se reflejaba la doñita, esa fue la última noche que trabajó en la empresa.

Esa misma noche me tocó quedarme sola en el laboratorio, así que puse mi celular con música para no sentirme sola, no tenía ni media hora trabajando cuando la música se comenzó a escuchar distorsionada, revisé el celular pero la carga estaba en 80%, comencé a sentir mucho y tuve la sensación de que alguien me estaba observando al otro lado del vidrio que separa con el túnel, fue cuando me acordé de la doñita no quería voltear por miedo a verla.

Así estuve por unos momentos pero los nervios y el miedo me traicionaron pues me observaban con tanta insistencia que poco a poco comencé a voltear para el lado donde sentía que me miraban.

Al otro lado del vidrio se encontraba doña Carmen, su mirada denotaba tristeza, transmitía esa sensación a pesar de no tener vida en ellos, no me pude mover, la aparición permaneció solo por unos segundos antes de darse la vuelta y seguir su camino, sentía que todo mi cuerpo temblaba como si fuera de gelatina, lo frío del laboratorio poco a poco se fue quitando, recuerdo que solo le di la espalda a la ventana y me quedé por un largo tiempo allí sentada, no quise salir pues tenía que recorrer el pasillo para llegar al área de producción y me aterraba la idea de volver a verla.

Me puse a rezar y le pedí que no se me volviera aparecer y le pondría una veladora para que encontrara la luz que le hacía falta para trascender a su eterno descanso. Pero ni eso ha resultado pareciera que la doña estuviera dentro de un bucle después de haber muerto porque se le mira haciendo lo que en vida hiciera.

Quizás doña Carmen se siente acompañada por los que aquí laboramos y no quiere estár sola donde fue sepultada. Estas son solo algunas de la experiencias que me han compartido, aún tengo varias para contarles.


Escritor: La Tenebrosa

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